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domingo, 25 de enero de 2015

Día 2. Curioso

Extracto de http://www.upsocl.com/

Soy como la mayoría de las mujeres veinteañeras. Me he enamorado y desenamorado unas cuantas veces, he amado y perdido. Pero lo que sí me gusta hacer un poco distinto es el tratarlos de nuevo.
Me gusta seguir siendo amiga de mis ex.
No digo que nos seguimos juntando o que nos mensajeamos regularmente. No es el tipo de conexión a la que uno se aferra con la esperanza de una reconciliación en el futuro o porque existen asuntos sin terminar. Es sobre llegar a la frontera opuesta al desamor. Un lugar en el que puedes verlos con otros ojos, con ojos ya no distorsionados por lentes teñidos de rosa.
Los veo como amigos, como iguales y, más importante aún, como personas que una vez ocuparon un espacio grande en mi vida y en mi corazón. No puedo obligarme a sacarlos completamente de mi vida, a tratar con ellos con sentimientos distintos a la amistad y a la comprensión. Llámenlo ingenuidad, romántica empedernida, incluso derrotismo…Yo lo llamo generosidad del corazón
Aunque puede ser que esos antiguos amores me hayan roto el corazón, lo más sorprendente del corazón es que sana. Con el tiempo aprendemos a seguir adelante. Y ahí es cuando podemos decidir: sacarlos completamente de nuestras vidas por miedo a volver a abrir viejas heridas…o atrevernos. 
Esa persona fue una vez tu mejor amigo. Intimaron en todos los aspectos de la palabra. Viste partes de ellos que pocos han visto. Compartieron innumerables recuerdos, experiencias y tiempos que nunca van a recuperar.
Para mí, seguir en contacto es respetar la relación que un día compartieron y respetar a la persona que una vez amaste. Es el tipo de amor que dice que tú significas para mí más que solo una relación, que incluso sin ese título tú todavía eres importante para mí.
Es el tipo de amor en el que les deseas un feliz cumpleaños, compartes noticias importantes, averiguas como están de vez en cuando y siempre les deseas lo mejor.
El tipo de amor que una vez fue y ahora es algo completamente diferente.
Un tipo de amor intrépido y generoso.

sábado, 24 de enero de 2015

No quiero que sea un "adios"ni un "hasta siempre". Prefiero un "no me iré"

La echo de menos. Mucho muchísimo. Hace semanas me explayé afirmando que la dejaría ir, siempre y cuando fuese feliz pero no es así. Me miento a mi misma es esos momentos en los que afirmo "estar bien" cuando en realidad no lo estoy.

Soy tan estúpidamente simple al mentirme de esa forma, que acabo auntoconvenciendome de que todo es mentira. Que aparecerá en uno de mis estrenos, al final de una de mis clases de baile, a la salida de mis prácticas para darme una sorpresa..

Soy totalmente incapaz de ser realista y ver lo que hay. Mi cuarto, mi casa y mi vida están llenos de sus recuerdos. Cuando menos lo espero aparece algo que me recuerda a ella. Por ejemplo ayer jugué un partido en el culo del mundo. De camino allí pasamos por un restaurante de esos de pollo donde ella celebró sus 18, y ahora mientras limpio y ordeno encuentro la Bubble piedra como lo llamo yo y la pequeña caracola que me regalo hace tiempo.

Dejar que se vaya, es como dejar que una parte muy muy grande de mi se muera, y no quiero. Jamás exageré ni mentí cuando le decía que la necesitaba en mi vida en cualquier plano. Siempre cerca de mi para apoyarnos mutuamente. Aunque duela muchísimo Por desgracia ya no es así.

"Al final el conejito se canso de que la flor marchita le clavase sus espinas accidentalmente, y decidió marchar en busca de lirios azules, y en general flores sin espinas que pudieran dañarla."
"Mientras el conejito se marchaba, la flor moría lentamente, pues su ultimo y mas hermoso pétalo se iba con ella"